Las memorias de mis proyectos

Las memorias de mis proyectos
Aldo Rossi
Alberto Ferlenga (ed.)
Traducción del italiano de Moisés Puente
Puente editores, 2024



Acercarse a Aldo Rossi hoy, desde una lectura más objetiva y desapasionada de lo que, creo, era posible en los años 90, nos revela al intelectual enorme que fue y que aquellas fobias (y filias) enturbiaron. La percepción de su figura por los que entonces nos iniciábamos en la arquitectura quedó contaminada por el veneno con el que nos lo servían, al menos en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Por fortuna, no irremediablemente: quien lea estos textos, las memorias de sus proyectos, no puede dejar de admirarse por su inteligencia, sensibilidad y cultura.

Puente editores trae a España el libro I miei progetti raccontati (Alberto Ferlenga ed., Electa, 2021) con unos textos que el propio Ferlenga ya había anticipado parcialmente en su edición de las obras completas de Rossi, si bien no llegaban entonces a alcanzar la potencia que despliegan en este volumen, pues allí se los alineaba en el banquillo, como mero acompañamiento del protagonismo gráfico de los proyectos, mientras que para AR en absoluto tienen las memorias tal rango subsidiario, más bien al contrario representan "la expresión más completa de mi investigación" según dejó anotado. En el libro se acompañan estos proyectos relatados, muy oportunamente, con los sugestivos dibujos, collages y fantasías con los que Rossi poblaba su personal universo.

Este libro certifica la singular condición de Rossi como humanista; pocos arquitectos hay así. Profundamente comprometido con la cultura y la historia, cimentando su trabajo sobre lecturas, viajes, recuerdos, inspirado por el arte, las costumbres y la cultura popular, o el rito compartido. También los motivos y referencias íntimas que lo hechizan ―el faro, el teatro, el cementerio, la plaza, etc.― parten de la misma inquietud intelectual con la que enfrenta la disciplina, sin separarla del mundo ni de la vida, "sólo un lector distraído puede ignorar las sutiles relaciones que vinculan la obra de arte con la vida que rodea al artista y con el mundo físico que rodea la obra misma. Un edificio no puede surgir del vacío o, al menos, es tanto más rico cuanto más está rodeado de vida cotidiana, inmerso en la cálida vida de la que hablaba el poeta".

Los sintéticos fragmentos brillan al convocar el vínculo entre la arquitectura y la cultura, las tradiciones, las vivencias, el mito; un enfoque del todo común ―e irrenunciable― en otras disciplinas humanísticas (y no sólo), pero que en arquitectura resulta insólito. También lo hacen por su forma: ya quedó patente en su excepcional Autobiografía científica (1981) que a Rossi lo asiste el talento literario y se muestra sensible a su lírica. La calidad de sus textos es muy superior a lo habitual en los escritos de arquitectura, por lo general calamitosa, y tal vez por ello destaquen todavía más sus palabras tan personales y desacomplejadas, que huyen del viciado enfoque disciplinar y el manierismo de su argot, y cuidan el lenguaje con una articulación sencilla pero evocadora. Apasionada.

Yo aquí no veo doctrinas, estilos ni ideologías, sino una actitud o, mejor aún, una predisposición a afrontar los retos culturales desde la ambición intelectual, la sensibilidad artística y el compromiso cívico. Lo dejó escrito el propio Rossi: "el fenómeno de la transmisión del pensamiento, de lo que llamamos experiencia, del propio mundo de las formas, no está ligado a un programa o a una moda, y quizás menos aún a una escuela".