Arquitectura española y tecnología

Arquitectura española y tecnología. Siete episodios clave del Siglo XX
Guido Cimadomo (Coordinador)
Recolectores Urbanos Editorial. Málaga, mayo 2021

 
La editorial Recolectores Urbanos ha enriquecido su catálogo con un ameno libro que repasa la historia de la arquitectura española del siglo XX a través de siete episodios del devenir tecnológico que acompaña y fundamenta nuestra disciplina. Y todo ello alejada de los circuitos consolidados de la edición española, Madrid y Barcelona, en un estupendo volumen financiado por la Universidad de Málaga.

Esta condición forastera frente a los polos editoriales nacionales supone un soplo de aire fresco ya desde la misma base de la propuesta: La elección de los proyectos estudiados pesca dentro de un canon ampliado de la arquitectura española (no están Oiza, Sota, Moneo... están Prada Poole, Ábalos Herreros). Mientras que el enfoque, como el título indica, pone el acento sobre aspectos poco fatigados por la investigación, evitando la revisión convencional de los proyectos tantas veces ya leída. De hecho, esta perspectiva excita tanto el apetito que, sin pretender un ensayo de densidad técnica, sí que hubiese apetecido un poco más de escoramiento, pues el encuadre queda un tanto diluido en algunos capítulos (Miralles Pinós). Simultáneamente hay que señalar los excelentes ensayos dedicados a los años 30 (El ingenio y la tecnología, de María Pura Moreno Moreno), 40 (Entre tradición y modernidad, de Rodrigo Almonacid Canseco) y 90 (Subjetivar la máquina, de Francisco González de Canales).

Incido en el aspecto de la historia, pues me parece el gran hallazgo del libro. Si bien la tecnología es el motivo de las investigaciones reunidas, una por cada década del siglo pasado desde los años 30, la historia de la sociedad española y su modernización aparecen incorporadas al relato de manera mucho más protagonista y contextual de lo que es habitual en otros volúmenes (mera guarnición que los ojos eluden para centrarse en la carne). Aquí, sin embargo, se convierte en la propia carne, representada convincentemente por los progresos tecnológicos que son el motor de la narración cronológica, desde la búsqueda de la tecnología en la etapa de la autarquía hasta su consagración y su trascendencia a "motivo de ser" de la arquitectura con Ábalos y Herreros.

El libro nos recuerda cómo la tecnología ha sido, aun de manera soterrada, vertebradora de la arquitectura durante tanto tiempo. Ambas han formado un tándem productivo que hoy, prácticamente desfallecida la arquitectura bajo el imperio del negocio inmobiliario, se encuentra descoyuntado, quedando el instrumento tecnológico apático y a la intemperie del capital. Tal vez no sea tarde para reivindicar otro escenario en el que se pueda proyectar con más sustancia y de paso señalar que la tecnología es un vector que merece su justa cuota de reconocimiento.