Una breve historia del jardín

Una breve historia del jardín
Gilles Clément
Traducción del francés de Cristina Zelich
Gustavo Gili. Barcelona, 2019

Hay que valorar más la determinación de escribir textos especializados desde posturas escépticas con el ensayo demoledor o el manifiesto panfletario, que parecen los únicos géneros que a un arquitecto se le ocurren. Existen enfoques fructíferos y originales cercanos a otras categorías más ligeras y aquí tenemos un buen ejemplo.

Este breve libro de Clément es una historia del jardín imaginativa y diferente, un ensayo blando conjugado con apuntes biográficos más próximo a un cuento erudito que al manual doctrinario; directamente en el polo opuesto a los estudios exhaustivos y obsesivos, que avanzan plomizos por la cronología del jardín citando fuentes, mencionando datos y anudándose a la gran historia con mayúscula. Ante el lector se despliega una colección de historias individuales y contingentes que iluminan con sus fogonazos intermitentes distintos paisajes y jardines. El relato traza una fuga que desde el huerto, a través del jardín histórico y otros episodios de gran frescura como el jardín balinés, el jardín de la noche, el de los astros... desemboca en el jardín de la era presente, del cual el propio autor es en parte teórico y artífice: el jardín dinámico que rebasa su límite para "salpicar el planeta".

Porque Clément no es exclusivamente un erudito, es un jardinero, y su(s) libro(s) se dirigen a actores, a aquellos que se ocupan de los jardines. Mientras otras historias tienden a mostrar su campo de estudio desde la meta, como un viaje finalizado que revive el esplendor de momentos pretéritos, Clément se interesa por el pasado como masa crítica para su oficio del presente: "Si bien el jardín histórico ―el que está en las memorias y en los libros de referencia― debe transcribir el pensamiento de una época, ¿cuál sería el dibujo del que se anuncia? ¿Qué forma dar al jardín de la era ecológica?" El libro se permite terminar con una divertida ficción ambientada en el futuro, para dejar claro que habrá jardineros mientras exista el hombre.

Se trata de una lectura complementaria a las historias académicas sobre la materia y seguramente una puerta de entrada al mundo del jardín más asequible que aquellas, gracias a la narración amena y entusiasta que despliega.